Cuando en las conversaciones con mis amigas en las que hilamos punto, cadeneta y escucha, aparece el tema de las parejas siempre me gusta decir que la vida en par es la Sadhana más importante de todas.
Sadhana, según wikipedia, es un esfuerzo espiritual hacia una meta, una práctica que se realiza con disciplina cada día. Quienes hacemos yoga incorporamos kriyas o ejercicios cotidianos que nos permiten sostener el equilibrio de nuestra mente y la conexión con nuestro cuerpo y espíritu, es es nuestra sadhana.
Pero, es una vez nos paramos del mat (colchoneta de yoga) que la verdadera disciplina de conversar profundo, expresar oportuna y sanamente nuestras emociones, escuchar, cambiar de punto de vista y llevar a la acción pequeñas decisiones cotidianas lo que nos permite convivir en paz y hacer equipo, y se convierten, para mi, en la sadhana más importante de todas: la vida en pareja.
Vida en pareja a la que se le suman las complicaciones de cuidar de otras vidas: los hijos, y el reto se pone más denso. En un ambiente en donde no hay trabajo en equipo se percibe en las tensiones de cada integrante de la familia. Quienes hacen más (o creen hacerlo), quienes hacen menos (o están más invisibilizados o juzgados) y quienes no se dan cuenta que también pueden aportar.
En nuestro hogar hemos implementado diversos recursos para acompañar la conversación: tableros de distribución de tareas que pegamos en la nevera, menú semanales para que se resuelva de forma práctica la nutrición de la familia, aplicaciones compartidas para saber cuáles son los ajustes de mercado que debemos hacer, calendario compartido de reuniones, terapias, vacaciones, citas, tareas, compras de materiales, regalos.
En fin, en esta época en la que los roles ya no tienen los límites establecidos de antes y los estereotipos sobre lo que debe hacer la mujer o el hombre están mandados a recoger, la conversación en la mesa, el soltar, acomodar y ponerse de acuerdo, nos salva. Salva la salud mental de todos, salva la vida en pareja, salva las familias y salva el tiempo de descanso al que todos tenemos derecho.
Así que en esta primera entrega sobre cómo podemos hacer equipo, sobre cómo podemos ser una familia equitativa, sobre cómo podemos compartir la responsabilidad del cuidado del hogar, de los hijos(as) nuestra invitación es a conversar, largo, profundo, importante. Y hacer algo con lo que nos decimos. Tomar decisiones.
Hoy hablamos de equidad en nuestro blog porque es uno de nuestros temas favoritos, por eso lo declaramos en nuestro propósito que nos mueve: Inspiramos una visión del mundo🌎 amorosa, diversa y mágica. Cuando hablamos de diversidad hablamos también de las formas de integrar las energías de un hogar: la femenina, la masculina, la niñez y la sabiduría de la vejez. De las formas de integrar nuestra autenticidad, de la capacidad de ser parte del mundo y que el mundo nos haga nuestro espacio. Empecemos entonces en casa, con la pareja y después con la familia. Que sea un laboratorio de paz, de inclusión y de convivencia.