Hace unos años que para mi esta época significaba recibir importantes bonificaciones empresariales con las que hacía tres cosas:
- Ponerme al día con mis finanzas: pagaba mi tarjeta de crédito que todo el año me mantenía con un flujo de efectivo escaso y la lengua afuera.
- Compraba los necesarios aplazados: le compraba a Martín los guayos que usará todo el año, y a los que había ignorado que se andaban despegando, esperando que llegara esta época de alto flujo de efectivo.
- Me emocionaba en los centros comerciales: a toda mi familia le compraba regalos con la esperanza de que los ceros que veía en esa época en mi cuenta no bajaran, y con la tristeza de llegar a la casa llena de paquetes y con la cuenta nuevamente pidiéndole ayuda a la tarjeta de crédito para terminar el mes.
Desde hace dos años mi situación laboral cambió, ahora soy una empresaria naciente y mis finanzas, conciencia y mis decisiones de compra han cambiado, sobre todo en tres puntos.
- Ya no recibo bonificaciones especiales en esta época, por la que mis finanzas deben estar más saludables todo el año, ya que ni mis bonificaciones ni mi papá están acá para el rescate acostumbrado.
- Los necesarios aplazados se convirtieron en mis regalos de Navidad y trato de programarme para aprovechar las ofertas para esas cosas que puntualmente necesitamos en casa. Para eso me informo muy bien sobre lo qué necesito y en qué lugar está la mejor oferta de mayor calidad. Aprendimos a hacer compras de calidad, aunque sean más costosas aparentemente, pero que disminuyen la necesidad de recompra y los desechos por obsolescencia programada.
- A mi familia y amigos pienso prepararles mis recetas favoritas, invitarlos a comer en casa o participar con nuestro aporte económico para que puedan comprar sus necesarios aplazados. Así reciben nuestro amor y lo que realmente les gusta y necesitan.
Aunque estas decisiones parecen aburridas porque quizás quitan del árbol muchos regalos perfectamente envueltos en papel navideño estamos enseñándole a nuestros hijos a abrir su corazón para recibir regalos con estas tres características:
- Regalos que necesitan: y cómo los han estado esperando por un tiempito se ponen muy felices de encontrar la camiseta, medias, calzoncillos o guayos que les hacía falta. Además de todo su gusto y de marcas que amamos, normalmente marcas locales que tienen diseño único y alta calidad. Así movemos la economía de mujeres y personas como nosotras.
- Regalos que despierten su curiosidad. alegría, inocencia e imaginación. Para esto no son necesarios miles de juguetes sino escoger bien, los justos, indicados, ideales para la edad y que también han venido deseando hace algunos días. Para recordarles que los sueños sí se hacen realidad, sobre todo cuando esos sueños están conectados con el corazón. Como nos enseñaron Isol en Cosas que pasan y Oliver Jeffers en Cómo atrapar una estrella.
- Libros. Hemos visto cómo a veces los libros son impopulares en los árboles de Navidad, sobre todo si estos están repletos de estímulos y la ansiedad por seguir y seguir abriendo paquetes llenos de luces, sonidos y partes. Perooooooooooooo, hemos descubierto que son los más apetecidos en el tiempo. Si encuentras el libro o los libros perfectos para la edad y los gustos de tu niña(o), te acompañarán muchas noches y horas en familia. Serán abiertos y narrados una y otra vez. Por eso en esta casa, en Navidad, cada integrante de la familia recibe siempre un libro.
Dicho esto, y con todo el propósito de unirnos a tu lista de regalos conscientes te compartimos nuestro catálogo de juguetes en donde encontrarás títeres, juguetes de madera, flash cards.
Nuestra lista de instrumentos musicales llena de alegría y fiesta para tu hogar.
Y nuestra lista de cuentos infantiles, seleccionados con nuestro corazón que seguro le pegarán al blanco con tus regalos.
Gracias por acompañarnos en nuestro primer año, gracias por leernos, gracias por hacernos barra y gracias por escoger nuestro catálogo. Felices, dulces y abundantes fiestas para todos en tu hogar.